Al parecer, los desafíos extremos y las ganas de llegar a lo más alto de los edificios, se ha convertido en una moda.
Un grupo de jóvenes rusos decidió subir 138 metros, hasta la cima de uno de los rascacielos más altos de Moscú, conocidos como "Las Hermanas de Stalin", sin ningún tipo de medida de seguridad.
Lo peculiar de esta secuencia es que los jóvenes subieron buscando la forma de pasar desapercibidos, cosa que lograron con éxito, a pesar que el edificio se encuentra fuertemente vigilado.
Afortunadamente, y a pesar de hacer esta actividad de forma clandestina, ninguno de ellos resultó herido.