"Touchdown confirmed". Algo así como "Amartizaje confirmado".
Fueron las palabras mágicas que, tras ser pronunciadas por el ingeniero Allen Chen, desataron el júbilo en la sala de control del Laboratorio de Propulsión de Pasadena (California, EE.UU.).
El módulo espacial 'Curiosity' se había posado sin problemas en suelo marciano, tras un increíble descenso a 21 mil kilómetros por hora, en lo que fue denominado por la agencia espacial estadounidense como "siete minutos de terror" en que no habría comunicaciones ni manera de saber si la misión era un éxito o, por contra, un rotundo fracaso.
Adam Steltzner, el ingeniero responsable de la fase denominada EDA (Entrada, Descenso y Amartizaje; EDL por sus siglas en inglés), no pudo ocultar su alegría y se abrazó con todos sus colegas, que volvieron a revivir las clásicas imágenes de celebración y alegría desatada a que nos tienen acostumbrada la NASA desde hace décadas.
Pocos minutos después llego la primera fotografía. En blanco y negro, con una calidad no muy buena, pero un testimonio fiel de que la misión fue un rotundo éxito.
"Parece que caímos en una zona buena y llana. Precioso, realmente precioso", comentó Steltzner, incapaz de reprimir su satisfacción tras una década de trabajo.
"Este equipo volvió con el oro", comentó haciendo una analogía con los Juegos Olímpicos de Londres 2012 el director del centro de Pasadena, Charles Elachi.
"Estamos en Marte otra vez", comentó Charles Bolden, administrador jefe de la NASA. "Es increíble. N o puede haber nada mejor que esto".