Los colores de sus playas contrastan. Por un lado el blanco de su arena y por otro el turquesa de sus aguas. Bahía Inglesa tiene de todo para enamorar a sus visitantes.
Está a 70 kilómetros de Copiapó y año a año, chilenos y extranjeros llegan cada año para sumergirse en sus aguas cristalinas. El buceo se ha transformado en el panorama del verano, tanto para personas que saben nadar como para aquellos que no.
La comida no se queda atrás. Ostras frescas y ostiones vivos son parte de los platos que se pueden encontrar.
Y para el atardecer un paseo en velero y así ver la puesta de sol en pleno mar.
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