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La historia oculta tras "Alicia en el país de las maravillas"

Numerosos homenajes se preparan en diferentes países para conmemorar los 150 años de la publicación de la obra, mientras siguen conociéndose datos nuevos de la dudosa relación de su autor, Lewis Carroll, con las niñas.

Carmen Aguilar

Viernes 20 de febrero de 2015

Era inglés, nació en 1832 en Daresbury (entre Manchester y Liverpool) y estudió en Oxford; de ahí el homenaje británico de la Royal Mail a Las aventuras de Alicia en el País de las maravillas. Diez sellos, dibujados por el británico Grahame Baker-Smith, que repasan las chifladas escenas, como  la persecución al Conejo Blanco o la sesión de té con el Sombrerero Loco.

 

Con sus 150 años y los derechos de autor caducados, Alicia es de dominio público. Está considerada uno de los best seller de la historia, traducida a numerosos idiomas y dialectos  y reeditada centenares de veces. Sin embargo, MacMillan fue la primera en publicarla. Por eso, ahora conmemorara el aniversario relanzando el libro y su secuela: A través del espejo y lo que Alicia encontró allí.

En mayo de 1865, veían la luz las 91 páginas manuscritas de Charles Lutwidge Dodgson, quien usaba el seudónimo de Lewis Carroll en sus escritos. Clérigo anglicano, científico matemático y aficionado a la fotografía, creó una historia única e inmortal que supuso un éxito nada más publicarse.

Actualmente solo quedan seis originales de la obra. Uno de ellos se exhibe en el Harry Ransom Center de la Universidad de Texas en Austin. Esta prestigiosa institución, dedicada a los estudios literarios y artísticos, presenta una amplia muestra basada en la fascinación que ha envuelto a la obra y a la historia oculta de Alice y Lewis Carroll durante años.

 

200 objetos expuestos de manera gratuita hasta el 6 de julio. Entre ellos, un libro autoeditado por el propio Dodgson y sus hermanas con dibujos del autor cuando era niño o las ilustraciones de Salvador Dalí.

¿PEDÓFILO REPRIMIDO?

La BBC se suma a la lista de reconocimientos, pero con un polémico documental que ahonda en el lado B del autor y plantea si fue un “pedófilo reprimido”. 

Dodgson estaba enamorado de Alice Liddell, la cuarta hija del decano del Christ College de la Universidad de Oxford donde residía el escritor. En el verano de 1862, el joven matemático llevó a su musa y a dos de sus hermanas a dar un paseo en bote por el Támesis, y ahí nació la historia. Al regresar, Alice, de 10 años, le pidió que la escribiera para ella, y en 1864, Dodgson se la entregó como regalo de Navidad.

Vanessa Tait, biznieta de Alice Liddell, reconoció a la cadena británica que su familia conocía esta historia de amor,“pero (Dodgson) era tan reprimido que nunca traspasó la línea”. Tait, sin embargo, no sabía de la existencia de una fotografía que encontró la BBC mientras trabajaba en el documental: un desnudo de la hermana mayor de Alice, la adolescente Lorina, atribuida presuntamente a Carroll.

De comprobarse la autoría, se explicaría por qué Carroll y la familia Liddell rompieron el contacto de una manera tan repentina, aseguró la familiar.

ENAMORADO DE LA INFANCIA FEMENINA

“Yo siempre lo he llamado Lewis Carroll Carroll”, dijo a la revista Vogue Vladimir Nabokov, el autor de Lolita “porque fue el primer Humbert Humbert, ¿habéis visto sus fotografías con niñas?”.

 

La extraña fascinación por las menores ocupó durante años a los biógrafos de Dodgson, quien pedía permiso a los padres para fotografiarlas “con un vestido hecho de nada”. 50 años después de su muerte en 1898, sin descendencia y sin haberse casado, se encontraron entre 700 cartas y 600 imágenes que el escritor dejó a sus herederos; documentos que se salvaron del fuego.

 

Algunos fragmentos estaban tachados y había fechas cambiadas. En un sobre donde se leía “Quemar antes de abrir”, se hallaron fotografías artísticas de menores desnudas. Pese a ello, Servando Rocha, responsable del libro El hombre que amaba a las niñas, considera que no hay “intención sexual”, pues algunas de las protagonistas negaron años después cualquier acto obsceno.

Esta atracción de Carroll desaparecía con la madurez. Tampoco prestaba atención a los niños, “no me interesa esta raza”, llegó a asegurar. Pero pese a todas las niñas que pudieron haber pasado por el objetivo de Dodgson, solo Alice lo llegó a obsesionar, hasta el punto de pedirle matrimonio cuando tenía 13 años.

Los documentos después de la ruptura con los Liddell desaparecieron. Y las primeras palabras del autor descubiertas tras ese lapso siempre van acompañadas de dos muletillas: “aquellos fatales años” y “he cometido un pecado”.

 

Las imágenes para completar esta información fueron cedidas por el Harry Ransom Center de la Universidad de Texas en Austin; institución dedicada al estudio de las artes y humanidades que preserva y hace accesible la cultura a los ciudadanos. Para conmemorar este 150 aniversario, abren una extensa exposición sobre la obra, su autor y sus personajes.