Robbie Williams terminó su concierto en Brisbane. Australia, pasando un momento bastante incómodo al querer piropear a una fanática que se encontraba en las primeras filas de su show.
Al terminar su presentación y fiel a su extrovertido estilo, miró a una mujer que estaba de cumpleaños y aseguró que le gustaba mucho su estilo, comparándola con su secretaria y recordando que tenía que "borrar el historial de su computador".
Luego le preguntó cuántos años cumplía, y ella respondió que 15 años. Fue ahí cuando el rostro de Williams cambió por completo y le preguntó si la mujer que estaba a su lado era su mamá, ahí la saludó, y para finalizar la monumental vergüenza se limitó a desearle un feliz cumpleaños en tonos irónicos.