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"La Regla de los Nueve", la primera novela de la poeta Paula Ilabaca

Un libro que transita entre lo policial, lo poético y lo social. Es la propias autora quien nos relata de qué trata el trabajo y cómo fue su proceso creativo.

Francisco Guerrero

Lunes 10 de agosto de 2015

Gabriel era un solitario. Quizás un mal hijo, quizás un mal amigo. Pero era el reflejo de una sociedad que en los años noventa buscaba un lugar. Uno que muchos no encontraron.

"La Regla de los Nueve" (Planeta) es una invitación. La primera novela de la licenciada en literatura y poeta, Paula Ilabaca nos llama a reflexionar desde el punto de vista de varias personas lo difícil de la adolescencia, de no tener siempre las cosas claras y de sentirse perteneciente a nada.

En poco más de 130 páginas, Ilabaca, recorre la mirada de una madre, del protagonista, de su amada y de dos detectives que deberán dilucidar un epilogo anunciado pero no mostrado.

 

Un viaje entre la novela policial, la poesía y la realidad que describe su propia autora, viaje que no será el único.

¿Cómo fue este viaje desde la Poesía a la novela policial?

Ha sido alucinante y vertiginoso y muy poético por lo demás. Digo poético pensando en que los poetas somos una suerte de "extranjeros" que con ojo crítico recorremos diversos territorios y discursos. Lo que sí debo señalar que no fue un viaje radical, tuvo sus tiempos y sus intensidades. Del texto poético me pasé al texto dramático - estuve en taller de dramaturgia el año 2014 -  y me enamoré de mi incapacidad de crear personajes. Durante mucho tiempo era tan solo una voz. Y esa voz fue la que dio paso al relato de la madre que es el inicio de mi novela "La regla de los nueve". 

 

Tus años en la Policía de Investigaciones y los de escritora de poesía marcan la novela. ¿Te parece que lograste conjugar ambos mundos en este libro?

Más que conjugar ambos mundos, pienso que los tensioné en mi novela. Así como también se tensionaron en mi vida hasta que decidí renunciar a la PDI. 

 

¿Cuánto de ficción hay en "La Regla de los Nueve" con respecto a tus vivencias?

Pienso que la ficción es el motor de éste o cualquier otro libro, ya sea de poesía o narrativa. No creo que alguien tenga vivencias tan deslumbrantes como para que las cuente a un grupo de lectores. Lo que sí te puedo decir es que estoy totalmente consciente del relato de fines de los años noventa que intenté recrear desde mi punto de vista y mirada poética.

 

¿Cómo marcó tu vida la década del noventa que te hizo retratarla en este libro?

Creo que simplemente es la época que me tocó vivir y nada más. Lo que sí me gusta mucho de esa década - y esto es algo que puedo asegurar recién ahora que ya han pasado poco más de 15 años - es que se vivía con una voracidad vertiginosa de cara al nuevo siglo; había una sensación de esperanza, de alegría y al mismo tiempo de nostalgia que me es difícil de explicar. Aunque sí, podría explicar esa nostalgia por una vida más tranquila, en relación a cómo nos fue invadiendo la tecnología, las redes sociales, etc. que si bien simplificaron nuestro modo de vivir, también nos instalaron como sujetos en constante estado de vigilancia, de alerta y por qué no decirlo, de snobismo e incluso de cierto exhibicionismo con respecto a mostrar el éxito de nuestras vidas en cualquiera de sus formatos. Una gran parte de mi generación enfrentó la adultez como usuarios activos de las redes sociales, por ejemplo, y en éstas nos dedicamos a publicar nuestros estudios post universidad, familia ideal, vacaciones ideales, vidas memorables, publicables, y enviables por lo demás. 

¿Te parece que ya en el 2015 siguen habiendo muchos "Gabriel" en las comunas?

Qué pregunta más interesante y qué bien que lo menciones, porque me han llegado reseñas y críticas sobre mi novela en la que el blanco de los cuestionamientos es el protagonista, Gabriel. A modo de parafraseo se dice de Gabriel que su vocabulario es cliché, que su relato es innecesario, entre otras cosas. Como autora no es que quiera defender a mi personaje, pero pienso que Gabriel aún existe y existirá mientras en nuestro país se continúe potenciando las diferencias de clase, donde el "de dónde vienes" o "dónde estudiaste" sigan siendo piezas fundamentales al momento de establecer diálogo o crear una relación entre dos personas. Ese joven quemándose en su pieza - por amor, por decepción,  por incomprensión, producto de un suicidio o un accidente - continuará en las comunas como tú dices, mientras Chile siga siendo tal cual es. 

¿Por qué la gente debe leer "La Regla de los Nueve"?

Porque se encontrará con un texto realista y sencillo en el que podrá vivir la vida de un particular grupo de amigos en Santiago de Chile a fines de los años noventas. El lector podrá recordar su barrio de infancia, podrá recorrer las calles y pasajes de una de tantas comunas santiaguinas. Podrá recordar una vida sin la presencia de Internet, cuando se llamaba por teléfono o las personas se perdían por meses y no teníamos cómo saber de ellas. Podrá escuchar a una madre que cuenta cómo ha sido la vida junto a su hijo. Podrá conocer a dos personajes, la detective Leiva y el subcomisario Cuevas, dos policías de la PDI, que dan comienzo a una trilogía de textos, en el que "La regla de los nueve" es el primero.