Olivia Jackson trabajaba como doble de riesgo de Milla Jovovich en una película de la saga Resident Evil cuando sufrió un grave accidente que la tuvo al borde de la muerte. Una escena de acción grabada de forma apresurada provocó que a la actriz tuvieran que amputarle un brazo, además de sufrir diversas heridas de gravedad en la columna, la cara, las costillas y otras partes del cuerpo.
Las lesiones y la amputación le cambiaron radicalmente su vida, y además le han impedido continuar con su trabajo de doble de riesgo. Por este motivo, Jackson decidió demandar a Paul Anderson, Bolt Pictures, Tannhauser Gate y Jeremy Bolt por incumplimiento de contrato, ya que, según relata la actriz, los productores de la película no le ofrecieron la protección necesaria a la hora de realizar la peligrosa maniobra que provocó el accidente, ni se hicieron cargo de las consecuencias.
"Extraño mi vieja cara. Extraño mi viejo cuerpo. Extraño mi antigua vida. Me duele mucho tener que vivir con las consecuencias de los errores de otras personas", señaló Jackson al referirse a la demanda.
"Ojalá me hubiera dado cuenta de que no tendría una protección adecuada antes de tomar el papel", agregó la actriz, quien además ya había aceptado un papel como doble de riesgo en "Wonder Woman" que no pudo realizar dado el accidente.
En su cuenta de Instagram, Jackson comparte el largo proceso de recuperación, que ha incluido fisioterapia y múltiples operaciones para reducir el dolor.