Son caminos extravagantes, temerarios, de pesadilla o para almas traviesas que gustan de la aventura extrema.
Nadie quedará indiferente al transitar por una pista única y delgada, donde sólo cabe un vehículo, y que está bordeada de un precipicio sin fin, en que ni siquiera se distingue la tierra, como la carretera Los Yungas en Bolivia; recorrer una senda serpenteada como la cuesta Los Caracoles en el Paso de Los Libertadores en nuestro país o un camino en medio del oleaje furioso en Atlanterhavsveien, Noruega.
Éstas y otras carreteras fueron escogidas como los caminos más raros por el Huffington Post, en lugares tan lejanos y exóticos, como Marruecos, China y Filipinas, pero también en Italia y Estados Unidos.