Dicen que Marlon Brando tuvo todo lo que quiso en Hollywood, pero murió solo y sin la gloria con la que vivió.
El actor de "Un Tranvía Llamado Deseo" falleció hace una década, el 1 de julio de 2004 cuando tenía 80 años. Es ahora, en 2014 cuando algunos de los secretos del ganador del Oscar salen a la luz, algunos de ellos de la mano de "Brando's Smile" ("La sonrisa de Brando"), una nueva biografía escrita por Susan L. Mizruchi.
En el documento, el que expone pasajes conocidos y ocultos sobre la estrella que nació en los años veinte, pero que se convirtió en icono sexual y actor consagrado en 1951.
Uno de esos aspectos tan desconocidos como extraños, son las veces que rechazó a grandes actrices. Brando era conocido por haber tenido romances con quien se le dio la gana. En su lista están desde Marilyn Monroe, Marlene Dietrich y Grace Kelly, hasta la que fuera primera dama de Estados Unidos, Jacqueline Kennedy, posteriormente vuida de John F. Kennedy.
Numerosos romances, pero que no son tan raros como saber a quien Brando rechazó. El actor, según cuenta la biógrafa Mizruchi, tuvo la oportunidad de llevar a su alcoba a Sophia Loren a quien finalmente "descartó" porque "su aliento era peor que el de un dinosaurio".
Otra de las actrices que tuvo una oportunidad con el hombre de "Salvaje" fue Elizabeth Taylor, pero también fue rechazada por, según la escritora debido a que "su trasero era demasiado pequeño".
Estos desaires a las bellas no mermaron que Brando incursionara en el sexo con hombres. Según sus propias palabras en 1976, tuvo "varias experiencias homosexuales" donde mostró su predilección por los colegas como Cary Grant, Rock Hudson, James Dean y Laurence Olivier.
Marlon Brando no se confesaba homosexual, sino que tenía tan alto el deseo de placer que desarrolló un apetito sexual descontrolado, el que lo llevó a probar con hombres, mujeres e incluso a formar parte de orgías con varias féminas a la vez.
Mizruchi describe en su libro la relación con el sexo como una adicción: "Le quitaba gran parte de su tiempo. Él quería desesperadamente dar placer a las mujeres, despertar su pasión". "Quería ser amado y deseado por las mujeres. Pero terminaba rompiendo sus corazones, porque no podía ser fiel", agrega.