Señalar con determinación, levantar su brazo derecho hacia el cielo o exagerar las expresiones de su rostro.
Esas eran algunas de las poses que Adolfo Hitler practicaba en sus discursos con el objetivo de perfeccionar su técnica retórica. Dichos ensayos eran retratados por el fallecido reportero gráfico Heinrich Hoffmann, amigo del Führer.
En algunas ocasiones el fotógrafo desobedecía las órdenes de destruir las imágenes y las acumulaba entre sus archivos personales, los cuales dieron vida en 1955 al libro de memorias "Hitler fue mi amigo".
Hoffmann explicó en la publicación que "Adolf Hitler parece un bufón en algunas de las fotos, pero esto demuestra que él estaba experimentando con su imagen. Es decir, Hitler fue un político muy moderno para su época".
A finales de la 2da Guerra Mundial el reportero gráfico fue arrestado por las fuerzas armadas de los Estados Unidos y fue condenado a 10 años de cárcel por alta actividad pronazi.