Quizás conozcan de memoria las líneas que contornean la cordillera, se hayan cansado de mirar el Cerro San Cristóbal o ya no encuentren atractivo el trazado urbanístico de la capital. Pero quizás, no lo estén viendo desde la perspectiva adecuada.
Presentado hace apenas unas semanas, “Santiago desde el aire” propone redescubrir y conocer la ciudad subidos en una avioneta; una forma “más atrevida”, cuenta por teléfono a 24horas.cl la editora del libro Soledad Rodríguez-Cano, “para aprender a quererla y cuidarla”, y para tomar conciencia de la ciudad y sus carencias en su conjunto.
Sus casi 100 páginas son inauguradas con fotografías aéreas de la cordillera y el valle de Santiago, a modo de contexto geográfico. Después, el urbanismo, la perspectiva, las formas, las vistas y las luces nocturnas toman las riendas para conformar el hilo argumental de la edición.
“La idea era incluir solo fotografías” tomadas desde una avioneta por el fotógrafo Guy Wenborne. Sin embargo, los textos escritos por los urbanistas Marcial Echenique y Pablo Allard, el académico Francisco Bugnoli y el cronista Roberto Merino hicieron necesaria una visión del ciudadano común. Y esa es la función de Marcos Mendizábal, “que recorrió azoteas, cerros, lugares como la torre Entel… Vistas preciosas de la ciudad que se pueden tener si subes al San Ramón, a Renca, al Manquehue…”, explica la responsable del proyecto.
IMÁGENES QUE PLANTEAN RETOS
La Corporación Patrimonio Cultural de Chile editó el libro gracias a la ley de donaciones culturales que le permitió contactar con Entel. Ahora, hay alrededor de 200 ediciones distribuidas por la Dibam para que se puedan consultar de manera gratuita.
“Se subirá también en formato digital”, comenta Rodríguez-Cano, quien confiesa que el sueño es exponer todas las fotografías de manera gratuita para que cualquiera pueda reconocer este patrimonio cultural y participar de la conversación que proponen: “mirar la ciudad y debatir el modo en el que nos enfrentamos a ella”.
La ausencia de verde en los mares de ladrillo o la ruptura de la homogeneidad urbana con torres puntiagudas plasman algunos de los problemas sin resolver de Santiago. “La política de transportes, la de parques, la de urbanismo… La manera en la que funciona la ciudad” se refleja en cada instantánea, reflexiona la editora, lo que denota una “desconexión” entre ellas que se transmite en “cómo vivimos la ciudad”.
“Santiago requiere urgentemente que la miremos en su conjunto y que las políticas funcionen de manera coordinada”, señala. Ella misma confiesa que la contaminación fue un problema recurrente a la hora de captar estas vistas entre diciembre de 2013 y septiembre de este año.
De hecho, los planos generales más abiertos evidencian que “todo está concentrado en el eje del río Mapocho”, en torno al cual iba creciendo la ciudad a lo largo de la historia. Ahora “vivimos en un momento en el que tenemos ciudadanos que se están haciendo cargo de la ciudad”, señala Soledad Rodríguez-Cano, una esperanza para mirar hacia el frente y apostar por un Santiago “habitable para todos”.