Era uno de los gatos más conocidos en el mundo y también el más obeso de los felinos.
Conocido como "Bob Esponja", el minino no pudo ser operado de su sobrepeso y falleció el pasado 3 de agosto.
Tras ser adoptado por Courtney y Matt Farrel -una pareja neoyorquina que intentó darle un mejor vivir-, "Bob Esponja" fue sacrificado para evitar que siguiera sufriendo. El cariño hacia el animal llegó a tal punto que, según explicó la dueña del ahora fallecido felino, "teníamos grandes planes para él como parte de nuestra familia. Era tratado como un hijo".
El gato llegó a pesar 13 kilos y su vida estuvo marcada por las dificultades. Apenas podía caminar y necesitaba de la ayuda de sus amos para limpiarse.
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