¿Qué harías si al cerrarse las puertas del ascensor, el resto de los pasajeros comenzara a tocar instrumentos y una entusiasta joven cantara a viva voz?
Eso le pasó a mujeres y hombres que fueron protagonistas de una cámara indiscreta y que, de un momento a otro, se vieron rodeados de músicos que hacían un show con dedicación exclusiva para ellos, en un espacio muy reducido.
El ascensor dejó de ser una monotonía y pasó a ser un gran espectáculo, lleno de vida y música, con los acordes de "I feel good" de James Brown.
Hubo reacciones de todo tipo: desde los que se avergonzaron por completo a los que se entregaron al ritmo contagioso de este trío.