Click acá para ir directamente al contenido

Niña le pidió a científicos un dragón... y se lo dieron

Una pequeña de 7 años envió una carta a científicos australianos con una peculiar petición: un dragón. Ellos en principio se dieron por superados, pero encontraron una ingeniosa solución.

Alejandro González

Sábado 18 de enero de 2014

La Comunidad de Investigación Científica e Industrial (CSIRO) de Australia tiene mucho trabajo durante los 365 días del año, sin embargo, esta vez hizo una curiosa y tierna excepción.

Sophie Lester, una niña de 7 años, inquieta por poseer un dragón, envió una carta a la entidad, alentada ingenuamente por su padre para que cumplieran su deseo.

"Hola querido científico", escribe la pequeña. "Mi nombre es Sophie y tengo 7 años. Mi papá me contó sobre los científicos de la CISRO. ¿Sería posible que ustedes me hicieran un dragón? Sería genial si pudieran, pero si no, no hay problema. Quiero llamarle "Thootless" (Sin dientes) si es niña y Stuart si es niño. Lo tendré en jardín donde hay mucho espacio. Lo alimentaré con pescado y también le pondré un collar. Si se lastima, le pondré le pondré bendajes. Jugaré con él cada fin de semana cuando no esté en la escuela. Cariños, Sophie".

 

Los científicos no pudieron evitar conmoverse con la inocencia de esta pequeña niña y se tomaron el tiempo de responderle con una sincera disculpa:

"Durante los últimos 87 años todavía no tenemos la fórmula para crear dragones o huevos para criarlos", respondieron desde la CSIRO. "Hemos visto algunos ejemplares de dragón con nuestros telescopios, hemos estudiado su vuelo y también se ha podido medir la temperatura de sus cuerpos, pero nuestro trabajo nunca ha podido captar a aquellos que aparecen en las mitologías", prosiguieron en la réplica que fue publicada en su blog, prometiendo que investigarían más sobre estas criaturas.

La historia fue rápidamente viralizada en distintos foros y redes sociales, generando todo tipo de reacciones. Tanto fue el efecto, que en la CSIRO decidieron ir un paso más allá: enviarle el dragón que tanto añoraba Sophie... pero con la ayuda de una impresora 3D. El resultado fue esto:

"No podíamos quedarnos sentados sin hacer algo", dijeron en la CSIRO a través del blog. "Después de todo, le prometimos a Sophie que alguna solución a su inquietud encontraríamos".

Fue así como Toothless, fue impreso en titanio a través de una impresora de tres dimensiones, en el laboratorio 22 del complejo de investigación y desarrollo de la CSIRO, ubicado en Melbourne, Australia. En él se han producto partes de aeronaves, enormes insectos y implantes biomédicos, "por lo que un dragón no sería problema para nosotros", dijeron los científicos.

Toothless está camino a la casa de Sophie, probando que la ciencia puede crear cualquiera cosa, incluso dragones para pequeñas (e inquietas) niñitas.