Escuchar discos en vinilo, escribir historias y experimentar con nuevas formas de grabar.
Esas son algunas de las actividades a las que se ha volcado el ex líder de Los Prisioneros, Jorge González, en los últimos meses. El músico sufrió un infarto isquémico cerebeloso en febrero de 2015, incidente que ha limitado sus presentaciones en vivo desde entonces.
Su último show en un escenario tomó lugar el 7 de enero de 2017 en la Cumbre del Rock Chileno, espectáculo sumamente emotivo en que hizo una suerte de despedida de los escenarios dadas las dificultades que ha enfrentado en el último tiempo.
"Él está asumido en esta nueva realidad. Por lo demás, siempre fue un creador más de estudio que se tuvo que acomodar a ser un músico de show en vivo. Le gusta la rutina más concentrada en la producción, lo de los conciertos fue algo que debió aprender en el camino", cuenta su hermano Marco González, a La Tercera.
"Ahora es una persona muy retraída, porque esta enfermedad es así, es bien compleja. las cuerdas vocales quedaron muy dañadas con lo que le pasó", dice el progenitor del músico, también llamado Jorge González, añadiendo que en la actualidad el artista requiere de cierta ayuda para caminar tramos largos o subir escaleras y que habla muy poco debido al esfuerzo que esto supone para él, por lo que es prácticamente imposible volver a verlo arriba de los escenarios.
"Él está tranquilo con esa decisión, está saliendo adelante, tratando de continuar de alguna forma vinculado a la música. Todavía le quedan muchas ganas", relata Jorge González padre, que también cuenta que el músico continúa sonriendo frente a distintos estímulos y reuniéndose frecuentemente con otros artistas.