Dicen que el amor no conoce barreras, pero hay quienes llevan esta consigna al extremo.
Anthony Taylor invitó a su novia Stephanie Walker a las profundidades del mar en la localidad turca de Marmaris. Hasta allí descendieron junto a un instructor de buceo para que los acompañara y velara por la seguridad de los enamorados.
Una vez rodeados de peces y corales, Anthony tomó valor y le pidió matrimonio a su novia a través de unos carteles escritos previamente. Todo iba bien, cuando de pronto, la joven comenzó a tener problemas con su máscara de oxígeno.
Al notar la situación, el buzo la asistió durante unos segundos para asegurar que todo estuviera en su lugar, y poder continuar con la curiosa y extrema petición de mano.
Revisa a continuación cómo terminó el "romántico" momento:
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