Fue uno de los momentos más inesperados en la entrega 86 de los Premios Oscar.
La presentadora Ellen DeGerneres compartió por dos minutos con el repartidor de pizza Edgar Martirosyan, quien -quizás sin saberlo- protagonizaba de manera accidental un espacio publicitario improvisado, pero que a cualquier marca le costaría millones de dólares.
El propietario de la pizzería de Los Ángeles "Big Mama's & Papa's" , Ararat Agakhayan, reconoció a la prensa local que "no tenía ni idea, no estaba preparado. Todo ocurrió de forma natural".
También conocido simplemente como Ara, según recoge milenio.com, este hombre originario de Armenia indicó que Ellen DeGerneres es una cliente habitual de su local, pero que todo lo que se vio sobre el escenario fue improvisado.
"Fue una decisión en el último instante tomada por ella (Ellen). Quería sorprender a todo el mundo y que el repartidor saliera en directo".
De acuerdo a cálculos realizados por medios norteamericanos, los 120 segundos que el repartidor de pizza vestido de rojo permaneció en pantalla, equivaldría a cancelar más de 10 millones de las divisa estadounidense.
En paralelo, académicos indican que lo ocurrido con la pizzería "Big Mama's & Papa's" es un caso muy extraño, equivalente a ganarse la lotería.
Foto: Reuters.