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Preservó cadáver de su hijo para que el nieto pudiera verlo

La mujer está convencida de que tomó una buena decisión, porque su nieto, ahora de 20 años, pudo conocer al progenitor, a pesar de que estaba ya muerto.

Erwin Acevedo

Jueves 12 de septiembre de 2013

Joni Bakaradze tenía 22 cuando murió, hace ya 18 años.

Su familia, en lugar de darle sepultura en un cementerio, optó por mantener su cuerpo preservado de manera que su hijo, que tenía 2 años al momento de su muerte, pudiera ver el rostro de su padre.

En los siguientes cuatro años, su madre, Tsiuri Kvaratskhelia, lo mantuvo embalsamado para preservar su cuerpo, pero un sueño le hizo modificar el método de conservación.

Tsiuri comenzó entonces a utilizar vodka y otras bebidas ‘espirituosas’ para preservar el cadáver. La mujer solía aplicar cataplasmas con estas bebidas alcohólicas casi todas las noches, porque de lo contrario el cuerpo se pondría negro.

Durante los primeros años, la mujer cambió la ropa de su hijo cuando estaba de cumpleaños. Cuando lo dejó de hacer porque se sentía enferma, el cuerpo comenzó a evidenciar la falta de cuidados y de cataplasmas de vodka.

Afortunadamente el proceso pudo revertirse cuando ella nuevamente comenzó a frotar el cuerpo con paños untados en algún brebaje alcohólico. De hecho su cara, que se había puesto opaca, volvió a quedar blanca, como en el momento de su muerte.

La mujer está convencida de que tomó una buena decisión, porque el hijo de Joni, que ahora tiene 20 años, pudo conocer a su padre y tomar consciencia de ello, a pesar de que estaba ya muerto y reposaba en un ataúd con una pequeña ventanilla que deja ver su rostro.