El sostén es mucho más que una prenda de vestir. Patentada hace un siglo, este necesario accesorio para las mujeres se transformó en un icono de la liberación femenina.
La historia, recogida por milenio.com, la inició Mary Phelps Jacob, quien inventó el brasier aburrida del incomodo y torturador corsé. Usar una de estas ajustadas prendas requería de mucha concentración y de buenos pulmones para aguantar la respiración cuando se ajustaba.
En un acto de rebeldía de Mary cortó el corsé a la mitad y sin querer, dio inició a la prenda que rápidamente se transformó en la herramienta de seducción femenina por excelencia.
Mary Phelps Jacob tenía 19 años cuando registró los Backless Brassiere, o los corsé sin espalda.
De encaje, de algodón o con transparencias, lo cierto es que el sostén es una prenda que no le es indiferente a nadie, sobre todo a los hombres que piensan que entre más grande la copa mejor, lo que demuestra que bien poco saben de tallas.
Aunque ellos no son los únicos desorientados, un reciente estudio en Alemania determinó que una de cada dos mujeres no sabe su talla de brasier y una de cada tres no usa.
