Nuevas excavaciones realizadas en Guatemala dieron como resultado elhallazgo de más grabados en piedra que confirmarían al 21 dediciembre de 2012 como la "fecha final" del calendario Maya.
El diario británico Daily Mail detalla que la fecha está inscritaen una escalera de piedra de 1.300 años de antigüedad. Loshallazgos de la ciudad Maya La Corona sondescritos por los arqueólogos como uno de los jeroglíficos más importantes enlas últimas décadas.
El descubrimiento de las inscripciones Mayas con respecto a la fecha del fin delmundo ha provocado expectación e incluso el pánico en algunos sectores de lapoblación.
Desde 2008, Marcelo Canuto, director del Instituto Americano deInvestigación de Tulane, y TomásBarrientos, de la Universidad del Valle de Guatemala, han dirigido lasexcavaciones en La Corona, un sitio previamente arrasado por los saqueadores.
"El año pasado nos dimos cuenta de que los saqueadores de un edificioen particular habían descartado algunas piedras talladas porque estabandemasiado erosionados para venderlas en el mercado negro de antigüedades",dijo Barrientos, "así que pensamos que habían encontrado con algoimportante, pero también que pudieron dejar algo olvidado".
Lo que encontraron, publica el diario, fue el mayor texto en piedradescubierto en Guatemala. La mayor parte de la inscripción esculpida aborda lahistoria política, pero tiene una referencia a un "final" en unpasaje en que habla del regreso de un rey.
Efectivamente la estela habla de la visita a La Corona de Yuknoom Yich'aakK'ahk 'de Calakmul, el gobernante maya más poderoso de la época, poco despuésde que derrotara a su eterno rival Tikal.
Los arqueólogos señalan que fue una época de gran agitación política, y elrey se vio obligado a aludir a un largo ciclo de tiempo que terminaría en 2012.
"En tiempos de crisis, los antiguos mayas usaron su calendario parapromover la continuidad y la estabilidad, en lugar de predecir elapocalipsis", señaló Canuto.
Muchos descendientes mayas han desestimado las prediccionesapocalípticas,apuntándolas más bien como interpretaciones del mundo occidental.
Foto: David Stuart