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The Cure saldó su deuda con Chile

Con una audiencia de entre 45 mil y 60 mil personas, la legendaria banda inglesa presentó un show de casi 3'30 horas de duración.

Cristián Jara

Lunes 15 de abril de 2013

Una deuda musical histórica se saldó la noche del domingo 14 de abril con el emotivo concierto de The Cure en el Estadio Nacional.

Luego de 35 años de carrera, el grupo del emblemático Robert Smith se presentó en Chile ante una audiencia estimada entre 45 mil y 60 mil personas que disfrutaron, tal como lo había prometido el escarmenado cantante, de 42 canciones que inundaron de nostalgia a los asistentes.

Ocho minutos después de las las 21.00 horas comenzó a sonar el contundente set list, que fue como escuchar a todo volumen un disco de grandes éxitos, canciones que con una ejecución sin puntos bajos fue capaz de hacer viajar a los espectadores en tiempo.

La primera hora de un show que rozó las 3'30 horas fue para enmarcar, con grandes éxitos como 'Lovesong', 'Push', 'In betweeen days' 'Just like heaven', 'Pictures of you' y 'Lullaby' interpretados de manera precisa y preciosa por la voz de Smith -si cabe mejor que en sus tiempos mozos- y el buen hacer de una banda de lujo y un sonido que rozó la perfección.

La segunda parte del concierto fue la más dedicada a sus fanáticos, con pocas concesiones a los menos conocedores de los registros más oscuros y góticos del grupo británico, lo que generó cierta frialdad entre el público, que vio cómo se encadenaban temas de los primeros '80 y de sus últimos álbumes, menos exitosos y conocidos.

Tan sólo 'Friday, I'm in love' logró romper este impecable pero desconectado descenso a las raíces de The Cure, que incluso hizo que cientos de personas abandonaran el coloso de Ñuñoa antes de la medianoche.

Así, cuando muchos pensaban ya que tendrían que irse a casa sin escuchar sus temas favoritos, los ingleses lograron poner en pie a la masiva concurrencia con una sobresaliente seguidilla de canciones que, seguro, marcaron a más de uno de los presentes en su juventud.

'Close to me', 'Hot hot hot!!!', 'Why can I be you?', 'Boys don't cry' y la irreverente y punk 'Killing an arab' fueron algunas de las más vitoreadas por la masa, entre un ambiente cargado de oscuridad, nostalgia, pero también energía.

"Es divertido...pocas veces me había sentido tan cómodo. Suena como si fuera algo malo", fue una de las frases memorables que esgrimió Robert Smith sobre el escenario, y que demuestra las ansias que tenía el público chileno por vivir -de una vez por todas- quizás la única deuda musical que quedaba por saldar.

Para cerrar, Smith se despidió de Chile con una esperanza frase: "¡Gracias, nos veremos de nuevo!".