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Vichuquén recupera su casco antiguo destruido en el terremoto

La reconstrucción de 24 casas de estilo colonial vuelve a recuperar el valor patrimonial de la localidad de la región del Maule, declarada Zona Típica en 1990.

Carmen Aguilar

Martes 20 de enero de 2015

Santiaguina y acostumbrada a una ciudad de siete millones de ciudadanos, Carolina Vergara se pasó los últimos cuatro años en un pueblo de unos 4.000 habitantes, cuyo nombre en mapudungún significa “lugar aislado”. No se trataba de un castigo, sino más bien de un premio: Vergara estaba a cargo del proyecto para reconstruir la Zona Típica del Pueblo de Vichuquén.

Ubicado a 94 kilómetros de Curicó, en la región del Maule, la localidad quedó arrasada tras el tsunami posterior al terremoto de 2010. “Alrededor del 50% de las viviendas estaba en muy mal estado y casi el 80% dañadas”, cuenta la arquitecto ya de vuelta a la capital y con las 24 casas de estilo colonial, con fachadas continuas y muros de adobe con teja, inauguradas.

 

Pero el temblor de 8,8 grados en la escala de Richter no fue el único culpable de los daños. “Faltó mucha mantención”, señala Vergara sentada en una sala de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, organización que coordinó el proyecto financiado con fondos del Ministerio de Vivienda y Urbanismo y la minera Barrick, y que contó con el apoyo del municipio y el Consejo de Monumentos Nacionales.

“El sismo se encontró con una construcción frágil por la falta de mantenimiento”, apunta, “es algo que no se está resolviendo y no sólo en Vichuquén. No hay incentivos por parte del Estado para que los propios ciudadanos protejan y conserven sus casas”.

El pasado 14 de enero se entregaron las viviendas a los vichuqueninos, pero algunas están deshabitadas. Entraron dentro del proyecto porque se encuentran en lugares muy visibles de esa Zona Típica que le reconoció el Consejo de Monumentos en 1990.

 

“Tenían que ser reparadas para completar la lectura del pueblo”, justifica Carolina Vergara, pero es consciente de que dejarlas vacías favorece su degradación. Por ello, ansía políticas públicas que favorezcan que se usen y habiten, porque “eso permite mantenerlas”.

INTERVENCIÓN CIUDADANA

La comunidad ha jugado un papel protagonista en toda la reconstrucción. Fueron los propios vecinos los que socorrieron las viviendas aquel 27 de febrero, lo que favoreció la recuperación, de la que también participaron. “El trabajo con la gente permite pensar en la sustentabilidad del proyecto; al involucrarla va a estar más preocupada por sus casas”.

Las 24 viviendas vuelven a ser de adobe. Es el material que le otorga su valor patrimonial, pero requiere de mayores cuidados y “no es un buen material para sismos”, reconoce la arquitecto, quien añade que “si se refuerza y se evalúa bien, se puede estar en una casa de adobe por muchos años”.

 

Las casas que tuvieron que ser construidas desde cero poseen, en cambio, una estructura de madera recubierta con barro y paja, reciclado de la demolición. Por su parte, los inseguros techos de zinc fueron eliminados.

Además, para favorecer la sustentabilidad de las viviendas, se capacitó a los vecinos en trabajo en tierra, para que conozcan cómo prevenir y mantener sus hogares patrimoniales, que conforman el casco antiguo de un pueblo fundado en 1585.

 

Vichuquén pretende, ahora, convertirse “en un San Pedro de Atacama”, según señaló su alcalde, Román Pavez, potenciando el valor de sus casas coloniales, sus leyendas de brujos y brujas y ofreciendo el sosiego de su lago, para los que quieren aislarse en un paraje natural.