León Murillo se subía por primera vez a la Quinta Vergara, no era conocido, solo se sabía que hacía stand up comedy por lo que había solo incógnitas en relación a su rutina, que como él dijo "trabajaba solo en bares".
Al principio hubo tibias risas del "Monstruo", los que no enganchaban con sus chistes donde se escuchaban silencios incómodos y esperaba la reacción de la gente antes de seguir.
En la mayor parte de su rutina incluyó la crítica social en contra de los políticos, la educación, la salud y el sistema de transporte, un recurso utilizado por los humoristas para ganarse al público y que Murillo lo utilizó sin tapujos.
Tocó el clásico tema de la marihuana, de las diferencias entre hombres y mujeres y a veces se reía de él mismo con temas de la contingencia, todos recibidos de buena forma por la Quinta Vergara, quienes premiaron el atrevimiento.
El chileno se llevó las gaviotas de plata y de oro, galardones que se han llevado todos los artistas hasta ahora, por lo que no hubo grandes sorpresas.