Ir al gimnasio y realizar rutinas de ejercicio físico con periodicidad podría cambiar algo más que la complexión del cuerpo,también modificaría sustancias químicas en el ADN. Así lo afirma Juleen Zierath del Instituto Karolinska de Estocolmo, quien al frente de un grupo de investigadores, siguió a más de 50 personas que asisten diariamente, y por más de dos horas, al gimnasio.
Las pruebas recogidas por el grupo de científicos descubrió que el estado de metilación genética tomadas por pequeñas biopsias de músculos saludables antes y después de una rutina en bicicleta fija, producen en algunos genes del metabolismo energético cambios importantes en la sustancia química del ADN, rompiendo la cadena natural de seguimiento genético y afectando la salud en un futuro próximo.
Y aunque los científicos no aclaran las consecuencias la metilación se ha asociado a la interrupción en el desarrollo de un proceso cancerígeno y otras alteraciones esencialmente genéticas en su material hereditario, capaces de provocar enfermedades a su descendencia.