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Si una mascota es bien alimentada desde las etapas tempranas de su vida, es vacunada rigurosamente, es castrada (o esterilizada, según el caso), y se mantiene alejada de factores de riesgo como la calle, tiene más esperanza de vida.

24Horas.cl TVN

Martes 12 de abril de 2016

Canes y felinos tienen distintos calendarios de vejez. Si bien la raza es un factor determinante, un perro es considerado anciano desde los 7 años, cuando empieza a mostrar los primeros signos de envejecimiento, explica la veterinaria Gricel Riquelme. Mientras que los gatos pasan a categoría senior cuando cumplen 15 años.

Marcela Cáceres, directora del Centro de Referencia Médico Felina MoggieCats, advierte que "a los 11 años un gato aún es adulto, pero pueden aparecer enfermedades como hipertiroidismo, problemas a los riñones o al hígado, por ejemplo".

Por eso, ambas profesionales realizaron una lista de consejos para Mestizos Magazine y coinciden en destacar que los cuidados de perros y gatos ancianos estarán relacionados con los controles rutinarios: chequeos cada 6 meses, en lo posible con exámenes preventivos y, sí o sí, mantener las vacunas que correspondan a su especie para proteger el sistema inmunológico.

  • ALIMENTACIÓN

    El alimento ideal para el gato o perro anciano es aquella indicada para su edad. El mercado ofrece alternativas específicas para este segmento, con los nutrientes que el animalito necesita en esa etapa de la vida. Si hay patologías determinadas también hay alimentos especiales que recomendará el doctor. Eso sí, en el caso de los mininos, Marcela Valenzuela es clara: “El gato puede comer el mismo alimento toda su vida. Eso de que se aburre y se lo cambio es una humanización que hacen los dueños. Por eso, si no le gusta el alimento especial y quiere el que ha consumido siempre, hay que darle de ese. Lo importante es que coma”.
     

  • MANTENLO ACTIVO Y ESTIMULADO

    Seguir una rutina de actividades y juegos con tu mascota no sólo ayudará a mantener su musculatura y huesos en movimiento, sino que también te permitirá detectar si está enfermo, porque verás cómo cambia su conducta.

    “Es un error asumir que porque está viejito no lo sacamos a dar una vuelta o no jugamos con él, siendo que un perro geriátrico tiene las mismas necesidades de uno de 4 o 5 años”, explica el etólogo canino Vicente Celedón (DogTeacher), quien agrega que “mientras el paseo no le genere dolor y lo disfrute sin estrés, hay que seguir haciéndolo”.

    ¿Ya no puede salir? “Entonces hagamos actividades en la casa. Enriquezcamos el ambiente con olores y juegos que lo motiven. Algo tan simple como dejarle repartido su alimento en el suelo y no en el plato, lo motivará. Y de paso, se divertirá”.

    Lo mismo ocurre con los felinos. La etóloga María José Ubilla (EduPet) explica que “si no hay juguetes y el gato pasa solo, puede desarrollar problemas de conducta, porque necesita de la interacción directa. A lo menos media hora por día”.

    Y da otro dato para enriquecer el ambiente: “Aún está en discusión científica, pero he visto que cuando ponemos música a perros y gatos, se tranquilizan mucho. Hasta hay canales especializados y gratis en Youtube, como Relax MyCat”.
     

  • FACILÍTALE LA VIDA

    Si de algo hay que tener conciencia cuando tienes una mascota anciana es que, efectivamente, es un abuelito. O abuelita. Todos los veterinarios coinciden en eso. Y tal como los seres humanos, son más lentos, les duelen los huesos y sufren enfermedades crónicas. Por eso tienes que ser práctico y adaptar lo que sea necesario: su cama, plato de comida y agua en un lugar cómodo y de fácil acceso. No cambies ni muevas los muebles, sobre todo si tiene problemas de visión. En el caso de los gatos, procura que su bandeja de arena no sea alta, o no cambies de lugar alguno de sus objetos favoritos, porque se pondrá nervioso.
     

  • ENFERMEDADES Y EL ALZHEIMER ANIMAL

    La artritis y la artrosis son comunes a ambas especies. Y el cáncer se inscribe como una de las principales causas de muerte, más aún si la mascota no fue castrada o esterilizada en etapas tempranas. “Hay que tener especial cuidado si observamos una baja brusca de peso. Es una gran alerta que indica que algo no anda bien”, dice Gricel Riquelme.

    En ambas especies puede darse también la llamada disfunción cognitiva –lgo así como el Alzheimer de los humanos– en que la mascota verá deteriorada su capacidad de orientación y sentidos en general. “En un perro se observará pérdida de hábitos, cambios de patrones de sueño y se hará pipí en cualquier parte. Pueden llegar a desconocer al dueño. Hay ciertas estrategias para ayudarlos, pero lo importante es comprender que ellos sufren igual como lo haría una persona”, recalca Cáceres.

    En los gatos, el cuadro es parecido. La doctora Valenzuela aclara que es fundamental descartar otras enfermedades de base, como un tumor cerebral o una patología real, por ejemplo, que pudiera generar síntomas similares. “Pero si no está enfermo, y cambia bruscamente de conducta, deja de comer, muestra miedo o se esconde, hay que verlo. Se trata de manera sintomática y se trabaja etológicamente, con mucho cariño y socialización”, explica.

Foto: Agencia Uno