Perros y gatos forman parte de la familia, es por eso que cada vez aparecen más investigaciones sobre éstos y su relación con el ser humano. Pero ocurre que algunos han ido más lejos y señalan que dentro de los amantes de gatos y perros existen diferencias de personalidad o, más aún, el elegir un perro o un gato habla de cómo somos. ¿Será tan así?
Según un estudio de la Universidad de California, en Berkeley, las personas con gatos son más creativas, aventureras y ansiosas, mientras que los que poseen un perro tienden a ser más seguros, extrovertidos y con aversión al riesgo.
Para Gaspar Romo, etólogo, experto en comportamiento y veterinario de la Asociación de Etología Clínica Veterinaria de Chile, ASECVECH, ‘’los animales de compañía cumplen una serie de roles y tienen beneficios para la familia. Creo que tanto en gatos como en perros lo que las personas buscan es alguien a quien dar cariño y cuidados, entre otras cosas. Quizá la principal diferencia, en el caso de los gatos, es que priorizan por ellos, ya que requieren menos cuidados, lo que se adapta mucho mejor al estilo de vida actual’’.
Ahora bien, antes de tipificar o clasificar, destaca que “sí se puede dar que a la hora de describir a sus animales los dueños tiendan a proyectar ciertas características de ellos, sin que éstas describan necesariamente de manera adecuada la personalidad de sus mascotas”, agrega.
¿Te identificas con estas características?
1.- Factores que llevan a amar a un perro o a un gato: La personalidad es quizá uno de varios factores que incide en la elección. Es probable que los dueños escojan un perro o un gato basándose en las características que se atribuye a cada una de estas especies. Sin embargo, hay otros que parecen ser más importantes, como las experiencias previas que se han tenido con estos animales durante la infancia y el estilo de vida de la persona, entre otros.
2. Amantes de gatos son más fanáticos: Ciertas tendencias muestran que los amantes de perros tienden a ser más sociables, extrovertidos y menos neuróticos que los dueños de gatos, mientras que los amantes de gatos tienden a ser más abiertos de mente e independientes. Ahora, desde la experiencia personal, entre los dueños de gatos hay en general un mayor fanatismo, gastan mayores sumas en sus animales y manifiestan esta mayor identificación en las cosas que usan, por ejemplo, aros de gato, carteras, poleras, tazas, etcétera.
3.-Doglovers más sociables, Catlovers más selectivos: Efectivamente los perros son animales sociales y han evolucionado de un modo tal que los hace muy dependientes de compañía y altamente expresivos con sus emociones. Eventualmente todas estas características pueden llevar a que personas que se sientan identificadas con esto se inclinen a adoptar un perro por sobre un gato; sin embargo, no es algo sobre lo que se pueda dar una generalización, sino más bien indicar una tendencia.
4.- El gran mito sobre el gato: Los gatos no son una especie del todo social como sí lo es el perro, pero eso no implica que no sea capaz de vincularse con sus dueños. Como consecuencia de la domesticación pueden formar un vínculo afectivo fuerte, como se ha demostrado en algunas investigaciones. Lo que puede llevar a fomentar la percepción del gato como un animal despreocupado de sus dueños o huraño es que su forma de expresarse es muy distinta a la de los perros, pero eso porque evolutivamente, al provenir de una especie solitaria, no se ha favorecido mucho el desarrollo de la expresión de sus emociones. Por ende, nunca verás a un gato excitado y saltando de alegría con la llegada de su amo como lo hace un perro, pero eso no implica que no haya un vínculo afectivo con su propietario.
5.- Gatos, ¿independientes o indiferentes?: La personalidad es algo propio de cada individuo y en ese sentido, tanto en perros como en gatos puedes encontrar de todo, individuos más confiados, más tímidos, más seguros de sí mismos, más o menos sociables, etcétera.
Al ser los dos principales animales de compañía en la actualidad, la domesticación ha hecho que sean capaces de generar vínculos afectivos importantes con el hombre e incluso con otras especies, pero debido a su origen, el perro resulta mucho más expresivo y dependiente que el gato, quien tiende a ocultar un tanto sus emociones y ser más independiente, necesitando menos contacto con su dueño en comparación con el perro. Quizá eso mismo es lo que genera ese fanatismo de parte de los dueños de gatos, el sentir que hasta cierto punto el perro viene programado para quererte, pero al gato tienes que “ganártelo”, lo que lleva a que quizá valores más esa relación y sientas que es un vínculo especial.