Sólo para valientes.
Por estas fechas se ponen de moda los fantasmas, las brujas y lo desconocido. Por eso decenas de personas asisten a tours que recorren lugares del terror.
Hospitales abandonados, cárceles y cementerios forman parte de los recorridos que sólo están dedicados a los más temerarios.
El turismo patrimonial del terror se ha ganado un lugar en nuestro país, sobre todo, porque siempre es interesante acercarse a lo desconocido.