La sorpresa fue mayúscula para los vecinos de este barrio residencial en Florida (Estados Unidos).
Un enorme oso negro, de 115 kilogramos, se paseaba entre sus calles. El animal terminó subido a un árbol de 9 metros, visiblemente asustado por el entorno.
Como el animal no bajaba por sus propios medios, fue necesario la intervención de las autoridades, que decidieron dispararle un dardo son somnífero.
Tras recibir el impacto, el oso tuvo una accidentada caída. La red que habían preparado para sujetarlo cedió, y terminó golpeándose contra el suelo. Afortunadamente el animal no sufrió daños y se encuentra en perfecto estado.