"Imagínese estar atado entre risas, toques impredecibles y que unos extraños manchen su cabello con pintura. ¿Le gustaría estar en ese lugar?" Esa es la pregunta que Sophie Tomlinson, una mujer de Manchester, escribe en una petición online que busca reunir firmas y prohibir lo que considera como una "preocupante tendencia" en las fiestas infantiles: las "Pony Paiting Parties".
Esta nueva práctica, que ha comenzado a ganar terreno entre los niños de Reino Unido y en Brasil, consiste en interactuar con caballos y ponis, pintando su cuerpo con tiza o marcadores. Rayas, manos marcadas, nombres o corazones son los motivos que suelen repetirse en el cuerpo de estos equinos, lo que ha provocado el enojo de los animalistas.
"Enseñan a los niños que está bien pintar con animales, dibujar su nombre en los caballos, sólo por entretenimiento. Creemos que es un mensaje irresponsable", dijo Tomlinson al diario The Guardian. Su petición ya ha acumulado más de 74 mil firmas en una semana.
Desde People for the Ethical Treatment of Animals (PETA) se pronunciaron sobre el tema, recordando que los caballos "no son accesorios para fiestas", señalando que son animales complejos. Desde la reconocida organización animalista aseguran que en estas actividades se corre el peligro de que un niño reciba una patada de un poni, que puede estar estresado por culpa del ambiente ruidoso. "Le pedimos a los padres que opten por actividades sin crueldad, como pintarse la cara", agregaron.
Sin embargo, quienes ofrecen estos servicios en los cumpleaños infantiles aseguran que el animal no sufre, que la pintura es temporal y que los niños sólo están 5 minutos con el equino. "Estoy monitoreando constantemente el comportamiento del poni para asegurarme de que no esté angustiado", dijo un empresario no identificado a la prensa británica.
En julio, esta misma tendencia desató la furia entre los animalistas brasileños, luego que una colonia de vacaciones de invierno de la Sociedad Hípica de Brasilia realizara una actividad para pintar de colores a un caballo. "Dijeron que era una actividad pedagógica, que era un caballo rescatado, pero no es justificación", señaló Ana Paula Vasconcelos, activista de derechos humanos. Según las autoridades del país, la colonia deberá presentar un plan pedagógico que justifique la iniciativa.