Una cruel competencia se desarrolla por estos días en Francia. La carrera mundial de caracoles, que es realizada cada año en la localidad de Lagardere, ubicada al sur del país, pone a competir a los llamados "atletas más lentos del mundo". El ganador evita se cocinado.
En su versión número 49, la competencia pone frente a frente a los moluscos para que corran o se arrastren por sus vidas. Esto, porque el ganador del torneo recibe como premio la oportunidad de no ser cocinado, mientras el resto de sus compañeros de carrera deben enfrentar la muerte.
Los propios espectadores del evento son los que ingieren luego de la competencia a los caracoles que perdieron la carrera.