Se llamaba Ming, y quedó en los registros como la criatura viviente más antigua del mundo con 507 años... el problema es que murió cuando los científicos la abrieron precisamente para conocer su edad.
La historia de esta almeja fue conocida en 2006, cuando expertos en el cambio climático la encontraron en un viaje de rastreo del fondo marino en Islandia.
El molusco fue trasladado a un laboratorio donde los científicos causaron su muerte al abrirlo para contar los anillos al interior de la concha y definir entonces que tenía 405 años.
Ahora, siete años después, nuevos cálculos demostraron que el dato inicial estaba errado en 102 años, por lo que la almeja murió cuando tenía 507, informa The Huffington Post.
Según estos datos el invertebrado nació en 1499.
"Teníamos las cifras mal la primera vez y, tal vez, apresuramos un poco nuestra editorial con aquel hallazgo. Pero estamos absolutamente seguros de que tenemos la edad bien", dijo Paul Butler, científico oceánico de la Universidad de Bangor, al Daily Mirror.
Explicó que para calcular la edad de la almeja se usa un proceso similar al que los arqueólogos hacen con los anillos de los troncos de los árboles.
Antes de Ming sólo se tenía registro de otro molusco cuya edad alcanzaba los 374 años de edad y cuya concha es preservada en un museo alemán.