El esquiador Erik Roner, una de las personas más temerarias y extremas del mundo, mezcló su conocida veta y la película de Disney, UP, para hacer un emocionante experimento.
Roner fue al supermercado y compró 90 globos gigantes, los infló con 50 tanques de helio y los ató a una silla de jardín.
El arriesgado hombre se subió y se elevó hasta llegar a los ocho mil metros de altura y describía la sensación de estar ahí como muy serena.
Cuando no pudo subir más con la presión los globos se empezaron a reventar, pero quiso hacerlo más rápido y con una escopeta los reventaba para luego soltarse y con un paracaídas llegar a tierra firme.