La obsesión por los músculos lo llevó a la muerte.
Eso es un resumen de la historia de Dean Wharmby, quien pasó gran parte de su vida comiendo 10 mil calorías diarias e ingiriendo esteroides.
Hace ya cinco años fue diagnosticado con cáncer al hígado, el que se generó por su desmedida alimentación junto al consumo excesivo de bebidas energéticas.
Pizzas, hamburguesas y tocino eran la entrada del almuerzo de Wharmby. La idea era conseguir las calorías que luego quemaba en el gimnasio.
Como es común en muchos fisicoculturistas, decidió apresar el crecimiento de su cuerpo con los polémicos esterioides.
Al enterarse de su enfermedad, él y su esposa tuvieron la idea de dar una lección de vida: compartieron el proceso de la enfermedad en Facebook para mostrar los peligros de la obsesión por los músculos a quienes llevan ese estilo de vida.
Hi it's Charlotte! Wanted to update you all as I'm getting a lit of messages of people concerned that dean hasn't...
Posted by Deans journey on sábado, 11 de julio de 2015
Por cuatro años logró controlar la enfermedad con sólo cambiar su dieta, pero fue este 2015 donde los médicos le dieron la mala noticia: no había solución para su cáncer y le quedaba poco tiempo de vida.
Posted by Deans journey on lunes, 20 de julio de 2015
"Dean no mostró ninguna emoción negativa, ni siquiera en sus momentos más difíciles. El peleó cuando otros se habrían derrumbado y lo hizo con una sonrisa y con un gran corazón y nunca se dio por vencido. Tenía fuertes creencias y yo sé que donde quiera que este ahora, está libre", escribió su esposa notificando la partida de Dean en julio pasado.