Chanchos felices, mejor producto.
La idea no es novedosa, pero sí la forma de mantener a sus animales lo más contentos posibles. Un granjero holandés quería mejorar la vida de sus cerdos. Su piara ya vivía al aire libre, con espacio y buena salud. Pero quería lograr que su existencia fuera más entretenida.
La inspiración, según informa el diario australiano Herald Sun, le llegó en un parque acuático.
El granjero, Erik Stegink, se imaginó a sus chanchitos deslizándose por los toboganes. Así que compró un antiguo tobogán y adapto la atracción a sus animales. Sin pendientes tan pronunciadas ni escaleras. En vez de agua, una gran piscina de lodo.
Los cerdos parecen encantados con la idea, y disfrutan de su nueva atracción. Parece ser que los animales se han acostumbrado a su nuevo entretenimiento.
