“Fue un trabajo agotador, hora tras hora mirando hacia el hielo, tratando de ubicar esa figura blanca en medio de tanto blanco de fondo. Pero valió la pena, luego de tener un encuentro como el que tuve”.
Con esas palabras, el fotógrafo Paul Souders (51), resume su riesgosa pero efectiva travesía por fotografiar de cerca a un oso polar mientras nadaba en temperaturas bajo cero, en Canadá.
Tras el agotar trabajo de dos semanas, donde el profesional relata que no quiso ni estresar ni herir al animal, las fotografías hablan por sí solas.
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