La siguiente historia parece broma, quizás sacada de un capítulo de una serie animada o algo por el estilo, pero no.
Es protagonizada Michael Rotondo, de 30 años, quien fue demandado por sus propios padres ya que éste, sin trabajar ni estudiar, aún no quería irse de la casa de ellos.
Cansados de la situación, Christina y Mark Rotondo, acudieron a la Corte Suprema de Syracuse, Nueva York, luego de que otras instancias no funcionaran y Michael siguiera sin hacer nada productivo con su vida.
Primero, según ellos mismos confesaron, le dejaron de cocinar, luego le prohibieron que lavara su ropa en casa y finalmente comenzaron a enviarle una serie de cartas, las que fueron presentadas como prueba.
La primera misiva era del 2 de febrero y decía: "Después de una discusión con tu madre, hemos decidido que debes dejar esta casa de inmediato. Tienes 14 días. No se te permitirá retornar. Tomaremos las acciones que fueran necesarias para respaldar esta decisión".
¡No es broma!
— Relatable Mx (@Relatable_Mx) 23 de mayo de 2018
Tiene 30 años, no aporta, ni ayuda en casa, y sus padres lo demandaron para que se mude.
El drama familiar de Nueva York finalmente entró en el sistema judicial, donde un juez falló este martes a favor de los padres y ordenó a Michael Rotondo que se fuera. pic.twitter.com/m8Yy6Xx5fd
Luego vino una segunda carta, inclusive una tercera, en la que además le ofrecieron 1.100 dólares para que se fuera. "Hay trabajos disponibles incluso para alguien como tú, que no tiene un buen historial laboral. Consigue un trabajo, tienes que trabajar", decía. Sin embargo, nada de lo anterior funcionó.
Durante los últimos diez años, este hombre vivió en la casa de sus padres sin aportar dinero para los gastos básicos y comida, ni mucho menor colaborar en las tareas del hogar. Sólo tuvo un trabajo, por un período muy breve, al que renunció cuando le pidieron que trabajara los sábados, iniciando una demanda contra la empresa por más de 300 mil dóalres.
Ya en el litigio, Michael se representó a sí mismo, pero su defensa no fue suficiente ya que el juez le ordenó dejar la casa de sus padres de forma definitiva.
Cuando pidió un plazo de seis meses para dejar el hogar, el juez le dio sólo 15 días.