Tiene sólo cinco años y se le soltó su primer diente de leche. Aunque es algo natural y normal, para este pequeño pareciera el fin del mundo, ya que no puede controlar su llanto al ver sangre en uno de sus movimiento.
"Hagámoslo mañana", dice el menor, a lo que su madre responde: "No puedes dormir así".
El llanto continua cuando su padre intenta sacarlo, pero no se detiene ahí. Cuando logran extraer el diente y este niño lo ve en la mano de su padre, vuelve a lanzar un verdadero grito de horror.
¡Pobrecito!