Podrían estar sacados de una pesadilla o de la mente delirante de directores de cine com Peter Jackson.
Pero la constatación esta semana de la existencia de avispas gigantes, cuya picadura ha matado en los últimos días al menos a 41 personas en China, ha devuelto a la primera plana una realidad: que los insectos no son tan pequeños como solemos creer.
En efecto, habituados a moscas, hormigas y chinitas, llama la atención descubrir que el catálogo de insectos gigantes es mucho mayor de lo que creemos, con criaturas que podrían considerarse directamente espeluznantes para la mayoría, si bien en latitudes como Asia sean de lo más normal.
De hecho, en su mayoría nos son venenosos, pero su apariencia suele causar más rechazo que empatía en nuestra cultura occidental. También incluimos especies de arañas, que no son propiamente insectos, pero es innegable su impacto.
La temida es un himenóptero con un veneno tan poderoso que es capaz de disolver tejidos o causar shock anafilácticos.
Se destaca del resto de las avispas por su agresividad, sus fuertes mandíbulas, la poderosa armadura que cubre su cuerpo y le ayuda a soportar golpes y unas uñas tarsales para no soltarse de sus víctimas.
La hibernación de esta especie termina en primavera, después de seis meses. Por lo que al despertar se encuentran hambrientas, pero también débiles, por lo que reponen sus fuerzas lamiendo savia de castaño.