Gran impacto en las redes sociales ha causado la historia de Kirill Tereshin, un joven fisicoculturista de 21 años que se inyectó un tipo de aceite para hacer crecer sus músculos.
El ruso lleva algunas semanas compartiendo fotos de su impactante cuerpo en Instagram, lo que ha desatado una ola de comentarios donde le advierten del peligro que suponen este tipo de prácticas.
El joven, que se siente orgulloso de sus enormes bíceps, se inyecta Synthol, un aceite que es usado para abrillantar el cuerpo de los fisicoculturistas antes de salir a escena.
"Para alcanzar un gran tamaño, necesitas inyectarte litros en los brazos", confesó el joven a The Sun y agregó: "Cuando lo estaba haciendo, tuve una fiebre, cerca de 40 grados, estaba tirado en la cama, sintiendo que me moría, pero entonces todo mejoró".
Esta práctica es conocida para agrandar la musculatura, sin embargo tiene graves consecuencias, como por ejemplo problemas pulmonares, daños en los nervios e incluso ataques cardiácos.
Con este hábito Tereshin aumentó el radio de sus brazos, pero no su fuerza, por lo que según explica está realizando una rutina de gimnasio para lograr su objetivo: obtener todos los récords posibles.