Todo el mundo, en algún minuto de la vida, necesita un momento o tal vez un segundo para poder tomar aire, pensar y seguir adelante.
Pero si en ese momento aparece tu hermano menor, grita, salta y sólo quiere jugar contigo, puede terminar en una discusión de proporciones.
Afortunadamente, esto no ocurrió en la sabana africana en donde dos cachorros de león se encontraban solos y uno de ellos sólo quería jugar. A pesar de la insistencia, nada logró sacar de la imperturbable posición mirando el horizonte hasta que el otro, sin más remedio, se fue.