Después de una descontrolada fiesta con evidente exceso de alcohol, un joven no fue capaz de bajarse de un taxi para llegar a acostarse a su cama.
El conductor, en su total desesperación, decidió llamar a la policía de Tasmania para que lo pudieran ayudar con la embriaguez del pasajero.
Los agentes llegaron, bajaron al joven y decidieron acompañarlo hasta su casa para dejarlo acostado. Como una forma de hacer que recordara todo lo que ocurrió, se tomaron una selfie con su celular.
"Se hicieron selfies después de llevar mi trasero borracho hasta la casa ¡Qué leyendas!", escribió el joven en su cuenta de Facebook al descubrir la imagen.
La publicación del jueves fue recogida por la policía de Tasmania y la compartieron en su cuenta oficial de Facebook, tomando con humor los hechos y convirtiéndolo en una anécdota. "Como estaba un poco perjudicado, los agentes dejaron constancia del momento, por si se daba la probable situación de que no recordara cómo había llegado a casa", escribieron.
Según declararon los propios agentes, la policía no acostumbra a llevar a casa a la gente que se encuentra en estado de ebriedad, sin embargo, en esta ocasión hicieron una excepción, puesto que su deber es proteger al ciudadano.