A veces los animales tienen más humanidad que muchos de nosotros. Pero cuando se trata de especies diferentes, la situación llama realmente la atención.
Buster, un viejo perro que apenas puede caminar por un desgarro en un ligamento, tiene sus piernas paralizadas debido a que el veterinario le administró una fuerte dosis de medicamentos. Pero ante la compleja situación que vive, ha encontrado un noble amigo que está pendiente de él.
Su dueño dice que el gato de la familia ha pasado a ser su más fiel compañero, ya que "le acompaña cada noche, cuando no puede subir a la habitación para dormir".
El gato que normalmente dormía con la hermana de la dueña debió cambiar su hábito para velar por el sueño de Buster, el cual se quejaba toda la noche y lloraba ruidosamente, por lo que así empezó a cuidar de él.