La "kiss cam" ("Cámara del beso") es de esos momentos icónicos e inevitables de cualquier evento deportivo en Estados Unidos.
Lo normal es que cuando la cámara enfoca a una pareja en las graderías y ambos aparece en las pantallas gigantes del estadio, se besan felices mientras el estadio aplaude.
Ahora, cuando la cámara escoge a una pareja y no hay beso, el estadio los castiga con pifias.
Eso era lo que tenía muy presente Adam Martin cuando en el día de los enamorados fue con su hermana a ver un juego de hockey de la Universidad de Minnesota.
Como Martín no tenía intenciones de besar a su hermana ni menos ser abucheado por el público, ideó una ingeniosa solución.
En el siguiente video puedes ver la graciosa situación y la airosa salida que se le ocurrió: