Lucy Brown es una neurocientífica de la Escuela de Medicina Albert Einstein de la Universidad Yeshiva en Nueva York.
La experta ha sido considerada como la pionera de los estudios sobre el amor romántico en las neurociencias y asegura que uno de los métodos más eficaces para comprobar cómo nos afecta el amor, es estudiar qué sucede en nuestro cerebro a través de una resonancia magnética funcional.
"Si alguien se siente realmente atraído por ti, se activará el área tegmental ventral de su cerebro, la misma parte que funciona si una persona toma agua cuando tiene mucha sed o cuando un adicto al chocolate ingiere ese alimento. Por este motivo, nuestros procesos cerebrales son distintos si miramos la foto de alguien a quien queremos y de otra persona que nos resulta indiferente", explica Brown en una entrevista a Inverse.
Según ella señala, cuando experimentamos amor, nuestro sistema nervioso simpático se activa, lo que podría hacer aparecer indicios físicos como manos sudorosas, voz o manos temblorosas y dilatación de pupilas.
Otro indicio que ocurre en varios casos es que los enamorados no pueden quitar la vista de su objeto de deseo, aumentan su ritmo cardiaco y su piel tiene una conducta distinta (como escalofríos por ejemplo).