Un elemento que ha sido de gran utilidad para muchos padres es el conocido chupete o también llamado "tete", que sirve para tranquilizar a los niños y en algunos casos aporta seguridad, pero no es algo que se pueda usar eternamente.
Según el pediatra de la Clínica Ciudad del Mar, Dr. Marcel Deglin “el chupete reduce la incidencia de la muerte súbita del lactante, es un analgésico muy eficaz en procesos dolorosos, como la salida de los primeros dientes, y —por añadidura— los efectos perjudiciales que ejerce sobre la correcta alineación de los dientes son pasajeros, siempre y cuando el chupete se suspenda antes de los tres años de edad” .
El problema surge cuando los niños ya se acostumbraron al chupete y se niegan a dejarlo, algunos padres creen que esta es una decisión netamente de sus hijos y otros creen que la medida pasa por los padres
¿Cómo resolver este problema? Revisa los siguientes consejos
Acostumbrar al niño a usar chupete solo cuando se va a acostar o en momentos de tensión emocional.
No se le debe castigar cuando reclame su ausencia.
Untar el chupete con sustancias de sabor desagradable como vinagre, pimienta o limón.
Inventar una historia donde un personaje de ficción haya logrado dejar el chupete a cambio de un regalo.
Hacerle cortes al chupete y así resulte menos agradable tenerlo en la boca.
Acudir al pediatra y así este le explique por qué debe dejar el chupete
Cuando el niño deje el chupete sufrirá un síndrome de abstinencia, por lo que hay que esperar que pase sin entregarle nuevamente el chupete.