Un estudio del Centro Harvard-Smithsonian para Astrofísica en Massachussett, afirma que las estrellas enanas rojas son las más comunes en nuestra galaxia, incluso las más cercanas a la Tierra a sólo 13 años luz.
Courtney Dressing, astrónomo de Harvard y autor de la investigación señala que "pensamos que teníamos que buscar grandes distancias para encontrar un planeta parecido a la Tierra. Ahora nos damos cuenta de que hay otra Tierra, probablemente, en nuestro propio patio trasero, a la espera de ser descubierta".
Estas estrellas son más pequeñas, más frescas, más tenues que el sol y su tamaño promedio es de un tercio del tamaño de una milésima, es por este motivo que son visibles desde la Tierra.
La señal de un planeta en tránsito es mayor si la estrella en sí es pequeña, además de que una estrella más fría tendrá una estrecha zona habitable.
Los expertos lograron identificar 95 candidatos planetarios orbitando estrellas enanas rojas, por lo que al menos el 60 por ciento de esas estrellas tienen planetas más pequeños que Neptuno.
Aunque la mayoría no tiene el tamaño adecuado ni la temperatura para ser considerada como la Tierra. Tres de ellos solamente son cálidos y de un tamaño similar al de la Tierra. Por lo que el seis por ciento de las estrellas enanas deben tener un planeta similar a la Tierra.
El coautor de la investigación, David Charbonneau, explicó que el Sol está rodeado por un enjambre de estrellas enanas rojas, pero la localización de mundos como la Tierra puede requerir un telescopio dedicado a espacios pequeños o una gran red de telescopios terrestres.
Aunque estos mundos serán diferentes a la Tierra, porque orbitarán muy cerca de su estrella, pero esto no impediría la vida, ya que un ambiente razonablemente grueso o un océano profundo podría transportar el calor alrededor del planeta y mientras jóvenes estrellas enanas rojas emitan llamaradas fuertes de luz ultravioleta, una atmósfera podría proteger la vida en la superficie del planeta.
Los expertos afirman que las estrellas enanas rojas viven más que las estrellas como el Sol. Por lo que la investigación abre la posibilidad de que la vida en este tipo de planetas sería mucho más antigua y evolucionada que en la Tierra.
David Charbonneau, enfatizó que incluso "podríamos encontrar un planeta de hace 10.000 millones de años".