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Dulce hallazgo

Los astrónomos comprueban que algunos de los compuestos químicos necesarios para la vida ya existían cuando se formaron los planetas.

Javiera Salinas

Miércoles 29 de agosto de 2012

Un dulce e importante hallazgo realizó un grupo de astrónomos utilizando los megatelescopios instalados en el norte del país. Al observar estrellas jóvenes, los científicos captaron moléculas de azúcar en el gas que las rodea.

"En el disco de gas y polvo que rodea esta estrella de formación reciente encontramos glicolaldehído, un azúcar simple que no es muy distinto al que ponemos en el café", señala Jes Jørgensen del Instituto Niels Bohr en Dinamarca y autor principal del trabajo que será publicado en la revista Astrophysical Journal Letters.

Estas moléculas fueron observadas en una joven estrella binaria joven llamada IRAS 16293-2422, la que posee una masa similar a la del Sol. Está ubicada a unos 400 años luz de la Tierra.

La importancia de este descubrimiento radica en que el compuesto químico observado es necesario para la vida y ya existía en el espacio al momento de la formación de los planetas.

"Esta molécula es uno de los ingredientes en la formación del ácido ribonucleico (ARN), que como el ADN, con el cual está relacionado, es uno de los ingredientes fundamentales para la vida", explicó Jørgensen.

 

Las nubes de gas y polvo que colapsan para formar nuevas estrellas son extremadamente frías, por lo que muchos de estos gases se solidifican formando hielo en las partículas de polvo, donde luego se combinan y originan moléculas más complejas.

Una vez que una estrella se forma, ésta calienta el interior de la nube giratoria elevando su temperatura y las moléculas químicamente complejas se evaporan en forma de gas. Este gas emite radiación en forma de ondas de radio, las que pueden ser captadas utilizando los poderosos radiotelescopios ALMA.

La cercanía de IRAS 16293-2422 con la Tierra la convierten en material de estudio ideal para los científicos que quieren detalles precisos de las nubes de polvo y gas que originan sistemas planetarios.

"Se plantea una gran interrogante: ¿cuán complejas pueden llegar a ser estas moléculas antes de que se incorporen a nuevos planetas? Esto podría darnos una idea con respecto a la forma en que la vida pudiese originarse en otras partes", puntualizó el astrónomo.