Según un estudio publicado en la revista Genome Biology, la dieta de una madre en el momento de la concepción podría cambiar de forma permanente la función de un gen que influye en la inmunidad y el riesgo de cáncer en el niño.
El informe afirma que la alimentación es un elemento clave en el proceso de embarazo, y -más allá de dejar de fumar y beber- la ingesta de comidas con alto contenido en sodio, con abundante azúcar o calorías y bajas en nutrientes, podría ser determinante a la hora de la probabilidad de que un niño padezca la enfermedad.
El estudio de investigadores de la 'Medical Research Council Unit', el Grupo Internacional de Nutrición de la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical y 'Baylor College of Medicine' de Texas, Estados Unidos, descubrieron que el ADN del pequeño se puede ver modificado por la comida que consume una madre durante la gestación.
Los resultados que obtuvieron tras las pruebas que hicieron en una población de mujeres en Gambia, son que a lo menos 108 genes podrían estar influenciados por factores como la dieta.
Esto podría afectar a la capacidad de una persona para luchar contra las infecciones virales, pero al mismo tiempo se podría alterar la actividad supresora de tumores y la protección contra ciertos tipos de cáncer, como la leucemia mieloide aguda y los cánceres de pulmón y esófago.