La tecnología siempre apunta a facilitar la vida de los seres humanos, pero hay ocasiones en que su función práctica es sobrepasada y comienza a ser parte del arte.
Es el curioso caso de E-David, un robot que puede pintar cuadros de manera autónoma, si bien en un principio era solo una máquina de soldar.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Konztans (Alemania) descubrió el aparato y se percató de su gran precisión, dándole un nuevo oficio mucho más artístico.
La innovación puede utilizar 24 colores y a través de una cámara puede monitorear la punta del pincel, ajustar los colores y finalmente plasmarlos.
Si bien E-David es muy autónomo, no tiene la capacidad creativa de un ser inteligente y para crear sus obras debe identificarlas como imagen, para reproducirlas luego de forma idéntica.
Comprueba en este video la gran precisión de E-David: