Una brutal anorexia dejó en silla de ruedas a Emily Brand cuando era sólo una adolescente, la que comenzó a la edad de 11 años. En dicho periodo, fue internada dos veces en centros especializados para lograr tratar su desorden alimenticio, sin resultados muy alentadores. Tanto así, que inclusive rompía las sondas por las que era alimentada.
Según contó al Daily Mail, su obsesión con el peso partió por compañeros de colegios, los que la molestaban con su figura y le decían constantemente frases como "apuesto a que no puedes sentir tus costillas".
"Me obsesioné con el ejercicio y empecé a saltear las comidas. Iba a la escuela sin desayunar y luego no comía mi almuerzo escolar. En casa, yo simplemente botaba mi cena", contó.
Tal fue la gravedad de su situación, que al día sólo comía una manzana, por lo que también debió movilizarse en silla de ruedas, ya que su cuerpo estaba muy débil y no tenía fuerza para nada.
Sin embargo, su caso daría un vuelco, ya que en su segunda estancia en un centro de rehabilitación, la mantuvieron alejada de su familia por varios meses. Para ganarse las visitas, debía llegar a cierto peso, por lo que comenzó a ponerse metas pequeñas. Primero fueron las visitas, luego poder salir y finalmente, salir de su casa.
Más recuperada, decidió ingresar a un gimnasio para ejercitarse con pesas, momento en el que conoció a Rob Reinaldo, entrenador de culturismo, el que no sólo cambió su vida, sino que en palabras de la joven, la "salvó".
Gracias a esta amistad, Emily, se transformó en una joven deportista, lo que le ayudó a dejar atrás su anorexia.
"Cuando conoció a Rob me dijo que me entrenaría y me ayudaría en el culturismo", contó la joven, pero también era muy estricto con la comida, ya que Emily aún quería ingerir alimentos que fuesen livianos y no calóricos, lo que para el entrenamiento de Rob no funcionaría.
Así, su dieta diaria pasó a ser de 3.000 calorías, lo que sumado a un fuerte entrenamiento, la han transformado en una destacada fisicoculturista, ganando competencia de pesas, peso muerto, entre otros.
Ahora, la joven de 20 años se mantiene saludable, comiendo las calorías necesarias para poder ejercitar su cuerpo.